Una buena emprendedora recorre su camino con el corazón

“La única tarea importante consiste en reinstaurar la conciencia de la responsabilidad del hombre con su propio destino” Andrei Tarkovski

Es sabido que ninguna emprendedora puede ofrecer lo que no tiene, ni guiar por un camino que nunca transitó, ni brindar una enseñanza si primero no aprendió a través de sus aciertos y errores. Es así como nuestra capacidad para desarrollar algún proyecto, llevar a cabo ideas y promover el desarrollo va a estar condicionado por el propio proceso de desarrollo personal y por la adquisición de las herramientas que nos permitan lograr nuestros objetivos.

Las mujeres emprendedoras tenemos la posibilidad de rediseñarnos y transformarnos, tenemos el poder de convertirnos en quienes deseamos ser. Pero, esto es posible solo cuando asumimos la entera responsabilidad por nuestro ser y comenzamos a ser artífices de nuestro propio camino. Una de las experiencias más maravillosas que una emprendedora puede experimentar es reinventarse a sí misma, es un proceso cuyo crecimiento hace posible aumentar la capacidad de acción y modificar conductas para mejorar nuestra efectividad, tanto en lo personal como en lo laboral.

Este proceso de reinvención es el camino del despliegue de nuestro Poder Personal. Las emprendedoras poseemos un inmenso potencial que no siempre conseguimos emplear. Esto en parte a que desconocemos nuestra fuerza interior o la forma de acceder a ella y utilizarla en su totalidad. Nuestro camino de crecimiento personal y laboral está directamente relacionado al desarrollo de nuestro Poder Personal y con la posibilidad de acceder a nuestra completa capacidad.

El camino del Poder Personal se debe seguir asumiendo la incertidumbre que la vida misma implica, el riesgo de asumir el protagonismo de nuestras vidas, tomar nuestras propias decisiones, construir nuestro propio camino, aun haciendo caso omiso de consejos y sugerencias externas. Es entender que puede haber desvíos, fracasos, pero estos sin duda serán pilares fundamentales del aprendizaje, la transformación y el éxito de nuestros proyectos.

En este sentido, nos inclinamos a escuchar nuestra voz interior, no hay forma de saber cual es el camino correcto, si no es atendiendo a nuestra voz que nos puede indicar a donde ir, cuando comenzar, con la conciencia de que cada historia es única y cada camino es personal.

Seguir con convicción nuestro camino y hacer aquello en lo que creemos profundamente, nos brinda profunda satisfacción, nos permite centrarnos y hacernos cargo de nuestras consecuencias, sean éxitos o fracasos, esto nos llevará a fortalecer nuestra autoestima, confianza y seguridad en nosotros mismos.

Muchas veces no tenemos la posibilidad de probar, sino que nos es necesario decidir y actuar en consecuencia. Si sentimos que podemos recorrer con el corazón ese camino que hemos elegido, más allá de los riesgos, fracasos, e incomodidades que tengamos que transitar, debemos avanzar y ser coherentes con nuestra voz interior. De esa manera, lograremos aprendizajes y experiencias necesarios para la vida misma; es con el corazón que lograremos marcar la diferencia en nuestro vivir y dejar nuestro legado a la humanidad.